2022 - tercer premio
parque patricios - ciudad autonoma de buenos aires - argentina
concurso nacional de anteproyectos - espacio conmemorativo a las víctimas de covid-19
arqs - guido mezzera - julian kramer - tomas mielnikowicz
Concurso Nacional de Anteproyectos - Espacio Conmemorativo a las víctimas de Covid-19
Introducción
La pandemia de COVID-19 significó un antes y un después en nuestras vidas, todo cambió de un día para el otro: nos quedamos sin parámetros cotidianos, sin nuestros rituales y sin nuestra rutina. Solamente en la Argentina, hasta la fecha, hemos presenciado un saldo de más de 127.000 muertes a nivel nacional y 17.779 en la Ciudad de Buenos Aires, desde sus comienzos en marzo de 2020. En este duelo colectivo nos alojamos todos. En particular, aquellos que de modo directo han perdido un ser muy cercano y a través de una piedra intentan manifestar o comenzar o reparar algo del duelo que quedó dramáticamente interrumpido. Este acto es un primer paso, que no tiene una resolución completa nunca, pero si una parcial elaboración que potencialmente deviene en equilibrio interior, a través de la memoria desde el punto de vista simbólico. El ritual de despedida tiene un primer punto, que es estar físicamente presente para poder admitir y aceptar la pérdida del ser humano. Lamentablemente en los últimos meses hemos sido testigos de la imposibilidad de está primera etapa que se convierte en un obstáculo para la consecución del duelo. En ese sentido, resulta de vital importancia poder homenajear a las víctimas de la pandemia a través de un espacio conmemorativo fuertemente simbólico que permita interiorizar el duelo colectivo
Implantación y paisaje urbano
Ubicado en uno de los ejes principales del Parque Florentino Ameghino, en el cual se privilegian las visuales y perspectivas dentro y fuera del mismo, el espacio conmemorativo promueve la interacción espontánea de los ciudadanos con el espacio, en una recorrida activa y participativa de fácil acceso. En ese sentido, el espacio toma como geometría fundante de implantación el trazado original del parque sin modificar sus senderos ni sus pasos peatonales. Asimismo, el espacio se encuentra posicionado entre el monumento existente de la fiebre amarilla y el Hospital Muñiz -que funcionó como centro de referencia en la lucha contra el Covid 19- de está forma, simbólicamente, a partir de su implantación se relacionan pasado, presente y futuro, con el intento de revelar el interés de integrar los fragmentos de la historia con los acontecimientos recientes.
Evocación, reflexión y conmemoración
El espacio conmemorativo emplazado en un entorno verde, afronta el desafío de generar una privacidad adecuada dentro de un espacio público, a través de elementos de proporciones verticales que ayudan a identificar el espacio como un hito urbano, tomando como referencia las proporciones del monumento de la fiebre amarilla existente, en un diálogo formal entre estos últimos elementos: una nueva articulación entre lo nuevo y lo existente uniendo diferentes épocas con episodios fatales que atravesaron la Ciudad de Buenos Aires. Este espacio
conmemorativo contiene como elemento principal algunos nichos fácilmente accesibles, ideales para la colocación y manipulación de las piedras en forma ordenada y democrática. Estos nichos representan simbólicamente distintos elementos que forman parte de la lectura de
nuestra condición como seres humanos durante la pandemia: gran parte de la población vivió ese periodo entre cuatro paredes, en soledad y/o aislamiento forzado. Cada una de esas habitaciones, cada una de las viviendas, cada una de las manzanas, pueden ser interpretadas como elementos separados de un todo. Una experiencia individual vivida contemporáneamente por toda la población mundial de forma colectiva.
En ese sentido, las piedras tienen un rol principal en la lectura y experiencia del espacio, reinterpretando el mensaje individual de las mismas en una unidad más contundente que visibilice la tragedia. La colocación de las mismas rinde al espacio la capacidad de ser un elemento vivo, que se retroalimenta en el tiempo con la participación de familiares, amigos y/o allegados.
Experiencia
Los nichos están estratégicamente posicionados hasta una altura máxima de 1.50m, justo debajo de la línea de los ojos. De está forma la mirada del usuario no puede atravesar el espacio, promoviendo la introspección y el recuerdo durante el acto de la colocación y/o visita de la piedra. Mediante sus proporciones, superficies y el modo en que deja pasar la luz, el memorial obtiene un carácter global, sin fisuras, una cualidad del espacio antes que de la forma.
Ambiente y sustentabilidad
En relación a las intervenciones generales del parque y la puesta en valor de sus espacios se propone la sustitución de gran parque del equipamiento urbano, ya sean bancos, elementos de iluminación y pavimentación general. La pavimentación podrá ser reemplazada a través de baldosas graníticas 40x40cm, presentes en gran parte de los parques porteños ya intervenidos en pasado por el gobierno de la ciudad, que den una lectura urbana a gran escala en perfecta armonía con otras intervenciones existentes.
Se propone también la colocación de distintos “tótems” informativos, ubicados en distintas partes del parque, con informaciones generales, educativas y pedagógicas de los sucesos históricos urbanos y de la pandemia, asi como tambien informacion sobre el patrimonio paisajístico y botánico existente, en línea con el carácter y promoción del ambiente y la sustentabilidad propuesta por el gobierno de la ciudad. El lenguaje arquitectónico y morfológico de estos elementos replicará el del espacio conmemorativo, dando una visión de conjunto y una mejor integración de los elementos en el parque.
Conclusión
Solo a través de acciones reparatorias, a través de la elaboración colectiva y el recuerdo, podremos volver a ubicar a aquel ser que no nos acompaña y poder eternizarlo.
El memorial propone a través de su expresión sencilla, un pensamiento complejo, una respuesta sobre una sociedad plural que responde a las necesidades de individuos concretos a través de la manipulación de objetos simbólicos como las piedras que incitan el recuerdo y que promuevan al debate en el conjunto de la sociedad acerca de cómo intentamos reparar nuestro duelo.